Me tomó meses de papeleo llegar a Londres. Apliqué a un seminario y gané el auspicio. Sacar la visa fue una inspección a mis ancestros y cuentas bancarias. Preguntas que me hacían pensar en mi color de piel y mis circunstancias: las cartas que me tocaron al nacer y cómo las jugué hasta ahora. LuegoSigue leyendo «Paseando por Londres»