La Amazonía arde

La amazonia podría ser un país en sí mismo, pero geopolíticamente está «dividida» entre nueve (9) países: Brasil, Perú, Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Surinam, Guyana y Francia (Guayana Francesa).

Históricamente la selva fue lo que tomó más tiempo «conquistar», sobre todo porque los conquistadores, es decir la gente que no está acostumbrada a un clima, cosmovisión y reglas de vida totalmente diferentes; no se acostumbraban a estar ahí o se morían en el camino. Mosquitos, infecciones de piel, estomacales, mordidas de serpientes, insectos o de males indescriptibles les azotaban. Las personas de ahí, los «nativos», semi desnudos bebian agua del río sin hervir. Sin embargo, la selva, la amazonia está siendo ahora mismo, intervenida de una manera sin precedentes para ser usada extractivamente con un altísimo costo para la humanidad.

Las primeras crónicas sobre el «descubrimiento» del río Amazonas son las narraciones de cómo el hermano de Francisco Pizarro, es decir Gonzalo Pizarro, usa el oro de la expedición en los Andes para ir a buscar Canela en la selva. Él imaginaba encontrar la canela como la que se conoce en Europa, una que llega de la india, de un solo tipo, montañas de monocultivo; pero lo que encontró fue muchas plantas diferentes. Matas que parecían vivas y de las que a veces brotaban personas, unas veces amigables, otras agresivas. Tribus de mujeres que amaban a otras mujeres y eran guerreras (las Amazonas, por las cuales el río más caudaloso del mundo adquiere su nombre), hombres con cervatanas y canoas de madera. Niños y niñas en la escuela de ir aprendiendo de los adultos, sin hospitales pero con curanderos y curanderas. Con otra cosmovisión, otros cantos, otras formas de amar y de atravesar la vida.

La destrucción de la selva ha empezado hace mucho tiempo. En 1974 el antropólogo Stéfano Varese dice: «En 1599 (solo 50 años después de la llegada de los Españoles) Los aguaruna (tribu nativa) tuvieron que retirarse a las alturas, abandonar las riberas. Poco a poco los bosques fueron tumbados, quemados, cultivados y abandonados por los españoles, criollos y campesinos. Una y otra vez, nuevos campesinos fueron empujando a los nativos más adentro, marginando a esta sociedad dentro de su propio territorio (…) Hoy en día, ellos se sienten extranjeros en sus propias tierras»

Es visible, con el incendio más grande de la historia de la amazonía latinoaméricana, que la «conquista» y aniquilamiento como política, tiene una receta: tumbar el bosque, quemar, sembrar y abandonar la tierra cuando es desierto.

Los booms productivos de la amazonia han sido varios: el Caucho (en la revolución industrial), La Quinina (Planta e ingrediente activo de la cura contra la Malaria), El cacao, el Oro, el Petróleo, La Palma (para el aceite de palma, que hoy sabemos tan cancerígeno, fue sembrada ahí en los 70 por los chinos).

Los males industriales que azotan a la selva nos muestran huecos enormes de tierra muerta: derrames de petroleo en Perú (1) Minería ilegal con personas envenenadas por sacar oro y con inversores de todas partes del mundo, haciendo inclusive reality shows de lo que eso es (2), Trata de personas para trabajo sexual (3) Proliferación de plantas de Palma, que hoy siguen sacando aceite cancerigeno para todos los chips, hamburguesas baratas y doritos (4) incendios – varios provocados y …. ahora, Bolsonaro, presidente de uno de los países grandes del mundo y con el mayor porcentaje de Amazonía ha venido a permitir y promover la minería en Brasil. ¿Que coincidencia que justamente haya este tremendo incedio ahora?

Las consecuencias de este incendio no son solo la perdida de «oxígeno» sino el de muchas, muchísimas vidas. El antropólogo P. Luis M. Uriarte denomina «situación de genocidio» (desintegración biológica) de grupos étnicos, señalando las siguientes causas:

epidemias que diezman a los nativos, enfermedades nuevas traídas por los inmigrantes, enfermedades crónicas de la región, anemia y desnutrición crónicas, agravadas por la concentración demográfica y por la reubicación de los indígenas. Como no se remedie esta situación, el resultado final será – según el citado antropólogo- la extinción biológica de grupos étnicos. De un modo análogo el proceso de aculturación a que están siendo sometidos los indígenas puede ser calificado de «situación de etnocidio» (desintegración cultural) «ya que los cambios son tan acelerados, tan simultáneos, tan globales y tan desorganizados, que la cultura tradicional nativa no puede absorberlos. Al no poder asimilarlos e integrarlos a su cultura, ésta se desintegra… y los nativos van perdiendo su sentido de identidad y autoestima… el resultado final de este proceso es: la degeneración y el estancamiento».

No hay un solo vértice, hay varios. No es lejos, es en este planeta. Sí, falta una decisión mancomunada de los países llamados amazónicos, pero también una mundial. Somos los consumidores de lo que se extrae de ahí.

Finalmente, y pensando como piensan los nativos, la vida de la vigilia es solo parcialmente verdadera. La realidad profunda, la realidad determinante de la vida y de la muerte esta consituida por fuerzas normalmente invisibles y sin embargo alcanzables. Ellos lo logran a través de plantas, de cantos, del seguir los sueños. El reconocimiento de la ilusoriedad y limitación de la percepción inmediata del mundo. Cada individuo, cada nativo y cada conocedor de la selva por amor, debe poner especial atención existencial para ver y recibir del universo circundante las solicitudes más extraordinarias. De esta manera las dimensiones d ela realidad se multiplican y se proyectan al infinito, más allá de cualquier intento de constreñir el universo a categorías y clasificaciones angostas y reductivistas. La realidad como creación del espíritu.

Y quizás, como humanidad, solo alcancemos a entender el verdadero significado de «calentamiento global» a través del sufrimiento y la muerte. Nunca como ahora, encuentro vital contar y cantar historias de la selva. De la actual y de la que fue. Para darle fuerza en la forma que ella me enseñó.

Autora: Auria Paz Aguilar

Links: 1,2,3,4,5…
Amazonía en la encrucijada https://ojo-publico.com/1226/amazonia-en-la-encrucijada

La maldición del petróleo acosa a mujeres indigenas en el Amazonas
https://ojo-publico.com/174/la-maldicion-del-petroleo-acosa-a-las-mujeres-indigenas-del-Amazonas

Trata de personas en la selva: rutas del delitohttps://elcomercio.pe/peru/trata-menores-selva-son-rutas-delito-noticia-505733

Amazonía peruana pierde 31,500 hectáreas por cultivos de palma aceitera https://gestion.pe/peru/amazonia-peruana-pierde-31-500-hectareas-cultivos-palma-aceitera-249916-noticia/

Minería ilegal: el millonario rastro de las refinerías suizas
https://infoamazonia.org/es/2015/08/illegal-mining-the-millionaire-trace-of-swiss-refineries/#!/story=post-13409&loc=-12.000000000000018,-70.25,7

Publicado por Auria Paz Aguilar

Storyteller, Musician, and Entrepreneur.

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