En el vientre materno vivimos la abundancia absoluta. El hacer nos mueve hacía el mundo. Con el miti y miti genético de nuestros antepasados, abrimos los ojos. En el juego del desafío, vamos desde los primeros pasos hasta las carreras; desde los gustos hasta las pasiones; de los besos hasta los orgasmos.
Es la vida trascendiéndote. Respira y, amando, tómala.