Crónica: voces desde Cantagallo

La comunidad La  comunidad de Cantagallo se ubica entre el Mercado de Flores y el río Rimac, conformada en su mayoría por migrantes de la selva del Perú, provenientes de la etnia shipibo-conibo. Hoy viernes 04 de noviembre, ha sido afectada por un incendio en la madrugada, dejando a dos mil personas sin techo.  Auria Paz, una representante de Munay pudo acercarse al lugar y ofrecernos un primer panorama.

Llegó la hora de almuerzo a Cantagallo, desde lejos  se puede observar humo y desolación. No hay techos, a penas rumas de carbón y cenizas de estructuras que albergaron sueños. Valentín lleva quince de sus 29 años viviendo ahí, me cuenta que llegó de recoger mercadería cerca de la medianoche. Aproximadamente a las dos de la mañana, un megáfono de la zona lo despertó a él, y a su familia, con la alerta de incendio. La versión que maneja es que le habían cortado la luz a una casa y ésta dejó prendida una vela sin algo que la aislara del material inflamable del que estaba compuesta. Eso fue en la parte baja, me dice.

Mientras converso con Valentín, una pared cae a nuestras espaldas, el calor del fuego también mermó su solidez.

¿Qué piensas hacer?

Le pregunto qué les han comunicado. Graciela Delasoa Rodriguez, de 30 años y natural de Pucallpa, nos dice que aún nada; que ha oído decir que los quieren reubicar en la rivera del frente; pero aquello les da mala espina: “Nos mandarán ahí y nos darán lo que ofrecen por quince días, luego se olvidarán de nosotros como lo hicieron en Pisco e Ica con el terremoto” (Se refiere al terremoto del 2008. Efectivamente, las ciudades afectadas aún no se terminan de reconstruir).

Mateo Cruz, un vecino lejano ha venido a apoyar removiendo los escombros: “Es una suerte que nadie haya muerto”. Al lado de donde se desarrolló el incendio hay tiendas de ferretería con artículos, en su mayoría, inflamables.

El camino a Cantagallo ahora es oscuro. Se pueden ver toda clases de escenas, especialmente la de aquellos que lograron salvar alguna pertenencia, y que ahora están en guardia al lado de sus cosas, pues luego del incendio, la amenaza de asaltos es la siguiente alerta.

 ¿Qué se puede hacer?

De momento estar atentos a lo que les viene a estas familias, además de la noche y la amenaza de asaltos; las labores de limpieza  y la supuesta reubicación son lo que más les preocupa.

Hay personas que se quedaron con la ropa encima, entonces, todo lo que tenga que ver con el cuidado personal, también es necesario.

Víveres no perecibles, agua, ropa, zapatos, útiles escolares, medicinas, carpas y productos de aseo personal (pañales, papel higiénico, toallas higiénicas).

Publicado por Auria Paz Aguilar

Storyteller, Musician, and Entrepreneur.

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