Quedo en ir a bailar el viernes en Tabatingas. A eso de las cinco y cuando José y yo ya hemos terminado de hacer varias cosas en moto, él gira mal en una curva y los dos nos caemos. Mientras estoy en el aire veo que la moto se detiene y pienso que no me pasará nada, pero mi cuerpo choca con el suelo y siento que mi pierna quema. Sangra. No duele, pero veo que va a doler. Lavó la herida, mando a la mierda a todo.
Es viernes y hace tiempo no veía carne fresca, menos la mía. José dice que igual vayamos a «Escándalo» la discoteca de allí. Talia, de ventiun años, que vive en la casa dice que si, que nunca salen. Me duele la pierna pero es más la curiosidad.
Hay una banda con instrumentos musicales nuevos. Suena sólo después, porque antes suena él taxi, del won de Enrique iglesias y mucho Fago (el reguetón no es nada, NADA, que manera de mover el culo, meus amigos). Brasil se siente a alegría .
El sábado en la mañana tomo el bote para Manaus y en la cola una señora muy guapa que dice ser de Huancayo; un tipo que me da mala espina, llamado Aldo; y, yo estamos seguidos en la cola para abordar el bote.